ISSN: 1697-090X

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    Rev Electron Biomed / Electron J Biomed 2015;1:6-8.

    Editorial:

    MENSAJES EN VACUNACIÓN

    1Mª Rosario Bachiller Luque, 2José Mª Eiros Bouza

    1Pediatría y 2Microbiología. Facultad de Medicina. Universidad de Valladolid

    eiros @ med.uva.es


    English Version


      La situación actual respecto a las vacunas genera periódicamente inquietud debido a la notoriedad y difusión de hechos de impacto negativo en los medios y en las redes de comunicación social. En determinados ámbitos predomina la idea de que las vacunas no son seguras ni necesarias y de que las enfermedades objeto de programas de inmunización han desaparecido, por lo que el riesgo de la inmunización supera al de enfermar1. El desabastecimiento o la retirada de vacunas de los canales de distribución por diferentes motivos no contribuye a generar confianza en la eficacia y seguridad vacunal2.

      La incorporación de nuevas vacunas en los calendarios recomendados es una cuestión con indudables implicaciones éticas, que supera el ámbito de relación sanitario-paciente. Exige un ejercicio de prudencia y un posicionamiento crítico, semejante al que se adopta con innovaciones de fármacos o nuevas tecnologías. Debe regirse por criterios de efectividad, seguridad y eficiencia, basados en evidencias científicas3. El análisis coste-oportunidad resulta clave en este proceso así como en el abordaje de los posibles conflictos de intereses4.

      Al programar estrategias vacunales cabe tener en cuenta las mayores necesidades y problemas de vacunación de grupos desfavorecidos, excluidos socialmente, con bajos recursos en los que es más frecuente encontrar deficiencias en la vacunación, bien por dificultades de acceso o por otras causas5. En una sociedad donde la dinámica de la información es vertiginosa faltan contenidos claros que avalen los beneficios de la vacunación. Pocas medidas como ésta, en salud pública, han contribuido al control de las enfermedades infecciosas y a la mejora de la calidad de vida en todo el mundo y a la reducción de la morbimortalidad infantil6.

      Cuando se incorpora una nueva vacuna al calendario vacunal es de especial relevancia la información, que tanto las administraciones sanitarias como las compañías farmacéuticas y los profesionales proporcionan a la población, así como el eco de la misma en los medios de comunicación incluyendo la publicidad7. Los pediatras y otros profesionales sanitarios, especialmente la enfermería, desempeñan un papel fundamental en la decisión de los padres acerca de la vacuna8. Cuando un padre decide no vacunar suele hacer referencia a los profesionales sanitarios de su entorno como fuente de información principal y más directa. La generalización del uso de internet con ingente cantidad de información no contrastada contribuye a difundir ideas erróneas y mitos sobre las vacunas 9-10. Los movimientos antivacunales esgrimen argumentos en muchos casos desmentidos por la ciencia, como la supuesta relación del autismo con la vacunación del sarampión-rubeola-parotiditis de se pautan a los niños durante su segundo año de vida. El manejo frívolo de los riesgos de la vacunación apoyándose en los argumentos con escasa base científica, genera desconcierto y pérdida de confianza en las recomendaciones de los profesionales11-12.

      Es preciso realizar el esfuerzo que sea necesario para hacer posible que la inmunización llegue a todos los niños y niñas del mundo y así lograr el Objetivo número cuatro del Desarrollo del Milenio de reducir la tasa de mortalidad en dos terceras partes de los menores de 5 años en el presente año 2015 con respecto a 199013.

      La vacunación en España no es obligatoria, hecho importante que nos diferencia de otros países; es recomendada, pero todos, usuarios y sanitarios, debemos ser conscientes de la importancia de la misma tanto para beneficio propio como para el de la Comunidad y de las limitaciones que este hecho impone en nuestro medio14-15. Las vacunaciones en el Sistema Nacional de Salud español forman parte de la cartera de servicios que se aprueba por el Consejo Interterritorial16. Son las Comunidades Autónomas las que ofertan esta prestación y las que poseen la competencia para establecer sus calendarios, que se financian en una parte sustancial mediante el sistema sanitario público. Aunque todavía existen retos pendientes la cobertura vacunal en España17-18, a pesar de la no obligatoriedad, es superior a la de algunos países en los que la vacunación sí es obligatoria. Ello se debe entre otras razones a la implicación de los profesionales sanitarios, a las campañas institucionales de promoción, al papel difusor, formativo e informativo de las sociedades científicas y a la gratuidad de las vacunas del calendario oficial19-20. Pero en nuestro criterio es la generaliza aceptación de las vacunas y la debilidad de los movimientos frente a las mismas lo que matiza de manera sustancial su implantación21.

      No hemos de renunciar a nuestra responsabilidad de entender las motivaciones de los pacientes, de sus preferencias, sus valores o sus limitaciones. Frente a la confrontación es fundamental la empatía, que nos permite explorar las emociones de las personas que nos confían su salud y validar sus sentimientos, aunque no estemos de acuerdo con su punto de vista. Comprender y no juzgar son las bases. Para ello resulta imprescindible, fundamentalmente en el ámbito de la Atención Primaria, mejorar nuestras habilidades en comunicación y adquirir hábitos deliberativos para así lograr los objetivos deseados en un clima de respeto. Todo ello precisa dedicar tiempo, que es "oro" para a atención clínica y debe ser una dedicación prioritaria a la educación sanitaria de la población.



    REFERENCIAS



    CORRESPONDENCIA:
    José María Eiros Bouza.
    Microbiología. Sexta Planta.
    Facultad de Medicina.
    Avda Ramón y Cajal 7.
    47005 Valladolid.
    Mail: eiros @ med.uva.es